De existir, ese mundo se sumaría a los otros ocho (o nueve, dependiendo de tu opinión sobre Plutón).
Es posible que un planeta más grande que la Tierra esté ocultándose en los rincones más oscuros y fríos del sistema solar. La presencia del planeta, que podría encontrarse mucho más allá de Plutón, fue revelada por las extrañas órbitas de un puñado de mundos helados y distantes.
Según la descripción publicada este miércoles en la revista Astronomical, la firma gravitacional del planeta, grande y furtivo, está escrita en las peculiares órbitas de esos apartados mundos. Los erráticos cuerpos, llamados Objetos Extremos del Cinturón de Kuiper, trazan círculos extraños alrededor del sol y han intrigado a los científicos durante años.
Esos objetos son evidencia tentadora de que un noveno planeta de gran tamaño podría vivir en el sistema solar, aun cuando ese mundo no ha sido detectado todavía.
?Si existe otro planeta en el sistema solar, creo que lo encontraron?, dice Greg Laughlin, de la Universidad de California, Santa Cruz. ?Sería extraordinario que lo hubiera. Crucemos los dedos. Sería asombroso?.
El equipo calculó que, de haber un planeta, este tendría unas 10 veces más masa que la Tierra, o un tamaño tres veces mayor. Eso le convertiría en una súper Tierra o un mini Neptuno: un tipo de planeta que la galaxia tiene eficiencia de sobra para ensamblar y no obstante, ha estado notablemente ausente en nuestro vecindario.
Y además, se encuentra realmente lejos. Diversas simulaciones sugieren que su aproximación más cercana al sol sería unas 200 a 300 veces más lejana que la Tierra. ¿El punto más distante? Digamos que está en el quinto pino, entre 600 y 1,200 veces más lejos que la Tierra.
?Esa cosa está en una órbita excepcionalmente larga y helada, y es probable que demore unos 20,000 años en dar una vuelta completa alrededor del sol?, dice Konstantin Batygin del Instituto de Tecnología de California (Caltech), quien representa la mitad del equipo de cazadores de planetas.
Predicción del Planeta Nueve
Batygin y su colega de Caltech, Mike Brown, no tenían intenciones de buscar pruebas de un nuevo vecino planetario; el hallazgo fue accidental. En 2014, otro equipo descubrió un objeto llamado 2012VP113. Conocido coloquialmente como ?Biden?, la órbita de ese nuevo mundo era enigmática y similar a la de Sedna, otro planeta descubierto más allá de Plutón.
Tanto Sedna como Biden siguen órbitas bastante raras alrededor del sol, lo que sugería que la gravedad de un objeto distante podría estar esculpiendo sus peculiares trayectorias, así como las de otro puñado de mundos distantes.
Brown y Batygin observaron con detenimiento seis de esos mundos, y determinaron que sus órbitas están agrupadas de tal manera que es imposible que sea una casualidad (?La probabilidad es de un pasmoso 0.007 por ciento?, apunta Batygin). Así que simularon el sistema solar exterior y trataron de encontrar la manera de generar los patrones observados.
Muy pronto, Batygin y Brown pudieron descartar los efectos gravitacionales intrínsecos del Cinturón de Kuiper, lo que significaba que estaban buscando a un escultor cósmico único.
Así que añadieron a la mezcla un noveno planeta grande, e hicieron ajustes para su órbita y su masa. Un planeta con diez veces la masa de la Tierra, en una órbita ovalada, explicaría fácilmente las características misteriosas de las órbitas de Sedna y Biden, así como las trayectorias de otros Objetos Extremos del Cinturón de Kuiper.
La simulación también explicó una extraña población de mundos que orbitan al sol en una trayectoria perpendicular respecto del plano del sistema solar. ?En ese momento, nuestros cálculos dejaron de causarnos risa?, dice Batygin.
Él y Brown sospechan que el planeta se formó mucho más cerca del sol, pero fue expulsado del sistema solar cuando era muy joven. En aquella época, agrega Batygin, el sol aún estaba envuelto en su cúmulo estelar nativo, y las estrellas circundantes debieron acorralar al planeta expulsado, impidiendo que escapara de las garras de la gravedad del sol. Es una teoría interesante, pero no convence a todos.
?Tiendo a recelar mucho de cualquier afirmación sobre un planeta adicional en el sistema solar?, dice Hal Levison, del Instituto de Investigación Southwest. ?He oído muchas, pero muchas de esas afirmaciones a lo largo de mi carrera, y todas han sido erróneas?.
Hallazgo del Planeta Nueve
Si hay un noveno planeta grande en nuestro sistema solar, seguramente es tan distante y tan tenue que no debe sorprender que no haya sido detectado hasta ahora. ?Esta cosa será muy tenue. En serio, increíblemente tenue?, dice Laughlin, quien calculó que Plutón sería hasta 10,000 veces más brillante que el planeta nuevo.
Debido a las distancias tan extremas, ni siquiera un planeta relativamente grande tendría una firma de calor que pudieran detectar los métodos de estudio actuales, y tampoco reflejaría mucha luz solar. Eso significa que los astrónomos que intenten encontrarlo no solo necesitan telescopios increíblemente potentes, también tienen que saber dónde buscarlo. En otras palabras, es como localizar una chispa de luz en movimiento, en un mar de estrellas enorme y casi impenetrable.
?No sabemos dónde está, exactamente; de lo contrario, enfocaríamos el telescopio en su dirección y lo hallaríamos justo allí. Pero el cielo es muy grande y esta cosa podría ser muy tenue, dependiendo de cuán lejos esté?, dice Chad Trujillo, del Observatorio Gemini en Hawái, y descubridor de Biden.
No obstante, eso no significa que los científicos no harán el intento. Entre otros, el telescopio Subaru de Hawái está a la altura de la tarea, y Batygin y Brown ya han iniciado la cacería. Trujillo informa que, el próximo mes, él y sus colegas iniciarán la búsqueda a lo largo de la órbita prevista.
El Planeta X original
No es la primera vez que los científicos sugieren la presencia de un planeta grande y muy distante. De hecho, esas predicciones se remontan a más de un siglo, aunque ninguna resultó cierta.
Quizás la más conocida fue la que hizo Percival Lowell, quien insistió en que un mundo, al que llamó Planeta X, aguardaba a ser descubierto más allá de la órbita de Neptuno. La convicción de Lowell desató una carrera de décadas para encontrar al dichoso Planeta X, y condujo al descubrimiento de Plutón en 1930.
Sin embargo, Plutón era demasiado pequeño para explicar lo que Lowell consideraba unas ?peculiaridades reveladoras? en las órbitas de Urano y Neptuno; las cuales resultaron ser mediciones inexactas, en vez de los tirones invisibles de un noveno mundo de gran tamaño. En los siguientes 86 años se hicieron muchas otras predicciones. Y todas fallaron.
Esperemos que esta no se desvanezca también en el cosmos.
?Considero que el artículo de Batygin y Brown es el primero que demuestra, de manera convincente, la existencia de un planeta, y delimita bastante bien su órbita?, dice Alessandro Morbidelli, del Observatoire de la Côte d?Azur. ?Es un argumento muy sólido?.