Desde 1989 se han categorizado a los “fantasmas” verdes como eventos brillantes transitorios. Su naturaleza ha despertado a la fantasía.
El cielo, cotidianamente, nos deleita con varios componentes que se despliegan a lo largo del firmamento. Algunos, como la Luna, son viejos conocidos de la humanidad, a la cual han inspirado de diferentes maneras. Sin embargo, en ocasiones es posible ver sucesos extraordinarios, de origen natural, allá arriba. Ese es el caso de los famosos “fantasmas» verdes.
Popularmente, los “fantasmas” verdes son denominados de esa forma, pero también se les ubica como “GHOSTs” por sus siglas en inglés (GreenisH Optical emission from Sprite Tops). Son eventos luminosos transitorios que se forman en la mesosfera y están asociados a las tormentas eléctricas.
Antes, cuando se les detectó por primera vez en 1989, el científico Dave Sentman los llamó “duendes” en honor a Puck, un personaje de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.
El origen de los “fantasmas” verdes
Una investigación dirigida por científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (España) se valió apoyó en un estudio espectroscópico de estos eventos dignos de sus nombres fantasiosos.
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Anteriormente, se atribuía al oxigeno el origen de los «fantasmas» verdes, en específico a la interacción de los iones, partículas cargadas con el oxígeno atómico de la atmósfera.
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Ahora, gracias al trabajo señalado, los científicos saben que estos eventos, que ocurren a una altitud de entre 50 y 80 kilómetros, son descargas de plasma que suceden luego de una tormenta eléctrica.
¿Qué son las tormentas eléctricas?
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), las tormentas eléctricas son violentas descargas de electricidad atmosférica. Estas se presentan en las formas de rayos o chispas y emiten un resplandor, constituido por relámpagos y truenos. Se han registrado tormentas eléctricas de hasta dos horas de duración.
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