Sentir miedo o estrés puede asociarse con molestias en la nuca o en la espalda.
Psicoterapia, analgésicos, bolsas de agua caliente: las personas con dolor de espalda prueban todo, pero muchas no logran librarse del dolor. En esos casos, los especialistas de salud creen que el origen del dolor puede ser psíquico.
"Cuando las personas están sometidas de forma sostenida a factores de estrés y cargas psíquicas sin ser conscientes de ellas o sin reaccionar en forma adecuada, esas cargas pueden transformarse en síntomas físicos", explica el profesor Arno Deister de la Sociedad Alemana de Psiquiatría y Psicoterapia (DGPPN).
Quienes tienen síntomas de depresión son más susceptibles a los dolores. Las enfermedades relacionadas con el miedo, como los ataques de pánico o las fobias, suelen ir asociadas a tensiones en la nuca y la espalda, ya que los afectados suelen tener los músculos más tensionados, según los especialistas.
Evitar el movimiento es un grave error en los casos de dolor de espalda. "La falta de movimiento y la mala postura llevan a nuevas tensiones y con ello, a nuevos dolores", advierte Deister. Esto puede generar un círculo vicioso y volver los dolores crónicos. Lo mismo pasa con las depresiones: pueden aumentar el desánimo y el pesimismo y tener como consecuencia el sedentarismo y la tensión.
Moverse más -preferentemente en el exterior- y las estrategias para combatir el estrés pueden ayudar. En caso de duda, debería buscarse ayuda profesional. Lo que se diagnostica como una enfermedad psicosomática suele ser tratada con éxito aplicando terapias psicológicas, que muchas veces se ven complementadas con ejercicios físicos.
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