Los microplásticos están presentes en casi todos los ecosistemas. Además, los científicos saben que este material lleva años circulando en las cadenas tróficas animales.
El equipo liderado por el biólogo de la Universidad de Victoria, Kieran Cox, evaluó en un estudio titulado “Human Consumption of Microplastics”, “El Consumo Humano de Microplásticos” en español, el número de micropartículas plásticas presentes en los alimentos de consumo común de la dieta media de los estadounidenses y en el aire. Los resultados fueron publicados en la revista «Environment, Science and Tecnology».
«Nuestro análisis se basó en los datos de 26 estudios distintos. Por lo que, al evaluar aproximadamente el 15% de la ingesta calórica de los estadounidenses, se reveló información importante sobre el consumo de microplásticos”, declaró Cox en un comunicado oficial emitido a través de la Asociación Americana de Química (ACS).
Se estima que el consumo anual de microplásticos puede variar entre 74,000 y 121,000 partículas por año, dependiendo de la edad y el sexo.
Acorde al estudio, la ingesta total anual y la inhalación de microplásticos alcanzaron aproximadamente las siguientes cifras:
- 74,000 partículas para las niñas.
- 81,000 para los niños.
- 98,000 para las mujeres.
- 121,000 para los hombres.
Las personas que beben agua embotellada podrían consumir 90,000 microplásticos adicionales en comparación con los que solo toman agua del grifo.
Entre los alimentos estudiados se encuentran varios mariscos, peces, miel, sal, azúcares agregados, cerveza y agua. Otros alimentos, incluyendo carnes y verduras, no se incluyeron en el análisis por falta de datos.
Cox recalcó que «eliminar el plástico de un solo uso y respaldar a las empresas que se están alejando de los envases de plástico tendrá un impacto significativo. Ya que, estamos produciendo mucho plástico y está terminando en los ecosistemas”.
“Nuestras estimaciones del consumo estadounidense de microplásticos son probablemente subestimaciones drásticas en general”, concluyeron los autores del estudio. Por lo que, harán falta aún más estudios para determinar de manera exacta la cantidad de microplásticos que podemos llegar a ingerir al año.
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