Esta es la razón por la que no debes ‘liberar’ peces de acuario en ríos, lagos o cualquier cuerpo de agua.
El pez diablo (Hypostomus plecostomus) es una de las especies invasoras más exitosas del mundo. Originario de Sudamérica, posee espinas y placas óseas en las aletas dorsales y pectorales que constituyen un mecanismo de defensa muy eficiente.
Los plecos son una especie común en peceras y tanques de aficionados a la acuariofilia: conocidos popularmente como limpiacristales, se pegan a los vidrios alimentándose de algas y restos de hojuelas, manteniendo el tanque limpio por más tiempo. Sin embargo, cuando los peces diablo de acuario son liberados en un cuerpo de agua, las consecuencias pueden ser devastadoras.
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Tal es el caso del Río San Marcos que corre en el centro de Texas y es el hogar de especies endémicas de la región, que ahora enfrenta una invasión de peces diablo sin precedentes:
Lejos de los cocodrilos (sus depredadores naturales), el pez diablo compite por alimento con el resto de las especies nativas, provocando un desequilibrio que no sólo pone en riesgo a otras especies de peces, también a anfibios, crustáceos e invertebrados.
En enero de 2022, un equipo de la Universidad Estatal de Texas y de Texas A&M se encargó de capturar a 406 individuos de plecos en el Río San Marcos, informó el Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas.
Según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, las invasiones de peces diablo se deben completamente a la liberación de individuos en ríos y lagos que previamente fueron adquiridos para vivir en acuarios y tanques ornamentales.
Actualmente, al menos 17 países de Europa, Asia y Norteamérica enfrentan invasiones de peces diablo. Gracias a su capacidad de adaptación, los plecos devoran plantas acuáticas y madera, además de huevos y crías de otras especies nativas. En los bancos, crean agujeros para anidar que pueden provocar erosión y derrumbes. Además, se reproducen rápidamente, alterando el equilibrio ecológico de los ríos y lagos que invaden.
Las autoridades en Texas llaman a evitar a toda costa tirar peces, plantas y otros animales propios de cualquier tanque ornamental o acuario, pues se trata de especies no nativas del estado con el potencial para introducir enfermedades o convertirse en depredadores, acabando con las colonias de peces y vegetación nativos.
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