A lo largo de la historia, varios animales han sido asociados a la muerte, ya sea por su relación directa con esta o por algún motivo más.
De entre todos los elementos que están asociados a la muerte, los animales no podían quedar fuera de la significación con la cual el humano ha dotado al misterioso y enigmático final de la vida.
Algunos de estos animales asociados a la muerte tienen cierto vínculo evidente con este momento, mientras que otros se han ganado su nebuloso valor gracias a diferentes cosmovisiones.
A continuación te presentamos los principales animales que, por una u otra razón, mantienen un lazo, biológico o cultural, con “el más allá”.
La fauna del más allá
Buitres
Los buitres son aves carroñeras que pueden detectar la carne en descomposición a más de un kilómetro de distancia. En razón de dicha característica, a estos animales se les ha otorgado un valor importante en lo referente a la muerte. Por si fuera poco, son los únicos vertebrados terrestres que tienen una dependencia, casi total, a este tipo de dieta.
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Su “justificación” biológica para involucrase al fin de la vida no es todo lo que se puede decir de los buitres. Existen culturas, como la egipcia, que ven en estas aves un símbolo de limpieza y purificación para el trance entre la vida y la muerte.
Búhos
Tanto búhos como lechuzas han sido vistos con recelo. Incluso, si pensamos en animales nocturnos, estas aves pueden ser de las primeras en aparecer en la mente. De hecho, la oscuridad, propia de esta fase del día, es la responsable de dar una reputación, un tanto siniestra, a los animales mencionados.
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La fama ha llegado a tanto, que desde la antigüedad, la cultura romana relacionaba el ulular de los búhos con la inminente muerte de alguien. Incluso hasta la fecha, la superstición sigue clasificando a estos seres como “aves de mal agüero”.
Cuervos
Sin duda alguna, los cuervos ocupan un lugar en la penumbra de la cultura popular, aunque antes de llegar ahí ganaron su posición a base de diferentes narrativas.
Por ejemplo, se dice que en la mitología griega el dios del Sol, Apolo, se valió de un cuervo blanco para proteger a su enamorada, Corinis. Sin embargo, las cosas salieron de otra manera, ya que ella traicionó al dios. En su furia, Apolo quemó al ave, logrando que sus plumas quedarán negras. Desde ahí, se empezó a vincular a esta con la muerte.
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