Cañonismo en la Sierra Madre

Recorrer el cauce de un río es mucho más divertido y excitante de lo que se piensa. Sobre todo si saltamos barrancos y atravesamos pozas y cascadas en el corazón de la sierra.

En sus más de 1,300 kilómetros de extensión, la Sierra Madre Oriental corre paralela al Golfo de México, atravesando, entre otros, los estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas e Hidalgo. Dibuja paisajes majestuosos y, en particular en Nuevo León, esconde lugares inexplorados, que son el playground ideal para actividades de aventura. Nuestro viaje discurre bajo un horizonte irregular de densos bosques de pinos y encinos, y monumentales paredes de roca que se extienden sobre profundos barrancos en cuyas fauces encontramos ríos de aguas prístinas. Trepar a una roca tiene como premio un chapuzón reparador.

Existe un pequeño y entusiasta sector de la comunidad de viajeros que prefiere pasarse el día brincando, escalando o sudando, en vez de recostarse en un cómodo camastro a orillas de una piscina. Son esos mismos los que cada año viajan a la ciudad de Monterrey para internarse en el maravilloso mundo de los cañones de la Sierra Madre. Desde allí hay que subir por un accidentado camino de terracería hasta la comunidad de Potrero Redondo, en el corazón del Parque Nacional Cumbres, que es puerta de entrada a joyas naturales como la cascada del Chipitín o el cañón de los Gigantes.

Sucede que este lugar, por sus condiciones naturales (relieve, temperatura del agua, clima, etcétera), tiene el balance ideal entre un grado considerable de aventura y el ejercicio del hedonismo. El cañonismo o barranquismo es un deporte que combina caminar, nadar, saltar de roca en roca (o al agua), deslizarse por toboganes, escalar y bajar haciendo rappel. Esto normalmente ocurre descendiendo por el lecho de un río que puede o no tener agua. Justamente por eso se considera que la mejor época para visitar los barrancos de la Sierra Madre Oriental es entre marzo y septiembre, pues hay agua en todos los recorridos sin exceder los límites.

Salimos por la tarde de la ciudad de Monterrey y después de sacudirnos en una 4×4 por un par de horas, llegamos a Potrero Redondo, donde me acerqué al Geo Aventura Resort no sólo en busca de alojamiento (tienen unas cómodas aunque rústicas cabañas y muy buena comida) sino también para ver su «menú» de actividades de aventura. Aunque en este complejo existen varias tirolesas, paredes de roca para escalar, senderos y hasta un canopy (recorrido de cables que conecta diversas copas de arboles), mi foco permanecía inmóvil en Matacanes, Hidrofobia y Chipitín, los barrancos estrella si de cañonismo hablamos.

La mañana siguiente, después de un suculento desayuno, caminamos por una vereda en el bosque hacia el cañón del Chipitín. Aunque no es el más concurrido de los barrancos, no deja de estar cargado de adrenalina y belleza natural inigualable. Promete ser una verdadera aventura aunque su recorrido es de apenas 800 metros, en los cuales se descienden 300 metros de desnivel. El pequeño camino del bosque de golpe desaparece y estamos rodeados de bloques de piedra del tamaño de un carro y un pequeño arroyo que serpentea por la piedra. Comenzamos a caminar siguiendo el curso del agua cuando de golpe aparece una gran poza. Y aunque se puede rodear, nadie duda a la hora de dar el primer brinco. El primero es en estilo «soldadito», pero la acción se repite una y otra vez con más fluidez, incluso alguno se anima a dar una maroma en el aire antes de zambullirse. Un poco más adelante nos detenemos, pues Luis y Alex, nuestros guías, fijan una cuerda para descender rapeleando junto a una cascada.

Mientras desciendo, aprovecho y veo cómo las montañas nos han envuelto completamente, he llegado a lo más profundo de la Sierra Madre Oriental y el entorno es salvaje, pero ameno. Uno por uno descendemos completando los ocho rapeles de este recorrido (de los cuales seis son en cascadas y el más largo tiene 70 metros, junto al Chipitín). Después de más pozas y un divertidísimo tobogán natural, el recorrido cierra con broche de oro en un lago de color turquesa.

EL SUEÑO INTERRUMPIDO

Aunque con esta aventura uno cubre la dosis mínima de adrenalina por unos meses, las ganas de probar los otros cañones, Matacanes e Hidrofobia, quedan pendientes.

Matacanes obtiene su nombre de un tipo especial de formaciones rocosas que hay en las cuevas por donde pasa el recorrido.

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Se trata de unos embudos gigantes que salen de los techos y arrojan agua como regaderas. Este cañón también esta en el Parque Nacional Cumbres y es seguramente el más visitado de la región. A lo largo de su camino atravesamos grandes cascadas, varios toboganes e impresionantes cuevas. Pero sin duda la diversión se concentra en los más de 30 saltos que se pueden hacer, algunos de hasta 12 metros de altura, para caer al agua.

Hidrofobia por otra parte, es uno de los recorridos más exigentes del circuito. Pues a pesar de ser considerado como el hermano malvado de Matacanes, en Hidrofobia destacan las largas pozas en las que hay que nadar junto a interminables paredes de roca. De hecho algunos aseguran que si la Tierra tuviera entrañas, este cañón sería una de ellas. En sus ocho horas de recorrido hay saltos de hasta 18 metros de altura. La dificultad de este recorrido se considera media-alta tanto por la dificultad de sus saltos como por la constante trepada de rocas.

Difícil de creer, pero cierto, que a unas pocas horas de Monterrey existan aún lugares tan únicos como estos cañones. Ya sea que elijas Chipitín o algunos de los otros, todos garantizan una jornada de esas que, además de plantar un árbol, el hijo y el libro, tienes que vivir en esta vida.

TIPS

• Para hacer cañonismo en estos lugares es necesario contratar a un guía. Los planes incluyen el servicio de transporte ida y vuelta desde Monterrey, además de todo el equipo necesario, seguro de gastos médicos y comidas.

• También se pueden contratar planes de fin de semana para hacer varias actividades de aventura pasando la noche en el Geo Aventura Resort de Potrero Redondo.

• Además de cuerdas y arneses, la práctica del cañonismo requiere de un wetsuit o traje de neopreno, y una wetbag o bolsa seca. Todo lo demás quedará empapado.

• Más información Geo Ecoaventuras Tel. 01 800 830-5148 info@geoaventura.com.mx / www.geoaventura.com.mx