En este artículo te invitamos a conocer Europa de una manera diferente. En estas rutas para ciclistas las personas pueden conocer hermosos parajes y atractivos poco visitados por los turistas. Esta es una excelente opción para todos los viajeros llenos de energía.
Las posibilidades de recorrer Holanda en bicicleta son infinitas. Ya que, en cualquier camino y ciudad se puede utilizar este vehículo de dos ruedas. Una ruta que les recomendamos es la que parte de Ámsterdam. En siete días, en este trayecto, podrás recorrer 200 kilómetros y visitar algunas de las ciudades más emblemáticas del país.
Algunos ejemplos son Haarlem, con un centro histórico bellísimos, Delft, con una de las plazas más bellas de Holanda, y Leiden y Gouda, famosa por su queso. Entre ciudad y ciudad se extienden preciosos parajes naturales, campos de bulbos y el jardín de Keukenhof.
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Con un gran número de carriles para bicicleta, una naturaleza encantadora y distancias cortas entre los diferentes sitios de interés, Dinamarca es un paraíso para los ciclistas. Para conocer bien este país escandinavo lo ideal es emprender esta ruta que recorre 3,000 kilómetros. Además, aquí podrás encontrar más de 200 atractivos espectaculares.
El recorrido está señalado con carteles cuadrados con una margarita blanca dibujada sobre un fondo marrón. Se puede iniciar en Copenhague, seguir hacia Aalborg y llegar al norte de la península de Jutlandia hasta Skagen. En el trayecto podrás observar sus extensas playas de arena blanca. Por otro lado, el regreso se puede realizar por la costa oeste y el sur del país y cruzar desde Odense a la isla de Selandia.
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Una de las rutas para ciclistas más famosas de esta región es la que inicia en Passau y termina en Viena. Por lo que, aquí se bordea el gran río Danubio a lo largo de 325 kilómetros. Con una media de 50 kilómetros diarios, el recorrido se culmina en siete días.
El sendero totalmente adaptado está marcado con señales en color verde y con el símbolo de la bicicleta. En el trayecto podrás conocer abadías, monasterios, castillos en ruinas, los bellos paisajes austriacos, pueblos pintorescos y ciudades repletas de arte.
A lo largo del camino el ciclista encuentra todo tipo de facilidades, ferris para cruzar el río, alojamientos preparados para los ciclistas y posibilidad de desplazarse en tren con la bicicleta. Algunas de las paradas más representativas de la ruta son la abadía de Melk, las ciudades de Enns, Linz y Stein, el pueblo de San Florián y el castillo Starhemberg.
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