Una estudiante en la escuela para niñas Saint Annmona, en el oeste rural de Kenia, participa en un programa de reforestación de la escuela.
El mundo en desarrollo ha descuidado un recurso: millones de mujeres adolescentes. Ellas suelen dejar la escuela y empezar familias a mitad de su adolescencia, volviéndose a menudo víctimas de violencia, enfermedades y complicaciones al momento del parto.
Estudios demuestran que mantener a estas chicas en la escuela y retrasar el momento del matrimonio las beneficia a ellas y sus comunidades al reducir la mortalidad infantil, aumentar el ingreso familiar y detener la propagación del VIH. Grupos que incluyen al Banco Mundial, Naciones Unidas y movimientos no lucrativos, como Girl Effect, buscan formas para hacer que las jóvenes sean más valiosas para sus familias como proveedoras de ingresos en lugar de como novias.
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