Categorías: fotografialo-mas

Colores Verdaderos: El Rostro Cambiante de Groenlandia

A primera vista, Groenlandia es una extensión de blancura cegadora, pero a medida que mi helicóptero se balancea

A primera vista, Groenlandia es una extensión de blancura cegadora, pero a medida que mi helicóptero se balancea a baja altura sobre la isla, el color llama mi atención. A lo largo de kilómetros, franjas de agua de deshielo rodean la capa de hielo. Los campos blancos están bordados con ríos, grabados con grietas y salpicados de lagos. También hay hielo que no es ni blanco ni azul, sino café e incluso negro, oscurecido por una sustancia llamada crioconita. Este polvo de apariencia lodosa es un tema clave de investigación para mis cuatro compañeros: el fotógrafo James Balog con su asistente, Adam LeWinter, y el geofísico Marco Tedesco y su estudiante de doctorado Nick Steiner, ambos del City College de Nueva York.

Balog fotografía el hielo, y su ausencia. Fundó la Investigación Extrema sobre el Hielo (EIS por sus siglas en inglés) en 2006 «para crear una memoria de las cosas que desaparecen», explica. La EIS ha colocado más de 35 cámaras de tomas a intervalos alimentadas por energía solar y a prueba de ventiscas, en los glaciares de Alaska, Montana, Islandia y Groenlandia, todas disparándose un día tras otro. Realizan un registro constante, como «pequeños ojos sustitutos que vigilan el mundo por nosotros», comenta Balog.

Establecimos nuestro campamento 70 kilómetros tierra adentro de la aldea costera de Ilulissat, en una porción de la zona de deshielo de Groenlandia, en donde la erosión de las capas superiores deja al descubierto lo que se conoce como hielo azul. Este hielo antiguo está comprimido hasta el punto en que la mayor parte de las burbujas de aire ?que normalmente reflejan la luz y le dan su apariencia blanca y lechosa? han desaparecido. Con menos burbujas, el hielo absorbe la luz del extremo rojo del espectro, lo que hace que sólo se refleje el azul.

El campamento se sitúa junto a un gran lago de agua de deshielo. Tedesco y Steiner estudian su profundidad y planean comparar su información con las lecturas satelitales de las profundidades de los lagos supraglaciares groenlandeses. Cada mañana lanzan una pequeña embarcación para recolectar datos. El artefacto ha sido modificado con un control remoto, sonar, espectrómetro controlado desde una computadora portátil, GPS, termómetro y cámara submarina.

Los lagos de agua de deshielo de Groenlandia suelen drenarse de manera inesperada y rápida. En una ocasión, Balog vio cómo se vaciaba un lago de un día para otro. El fondo de un molino glaciar (un pozo vertical en el hielo) se abrió y succionó el lago entero. En 2006 un equipo documentó el drenado de un lago supraglacial de cinco kilómetros cuadrados: más de 40 millones de metros cúbicos de agua desaparecieron dentro de un molino en 84 minutos, en un flujo más rápido que el de las cataratas del Niágara.

Del lago de agua de deshielo que Tedesco estudia sale un río que debe ir hacia un molino glacial de los que absorben todo. LeWinter y yo estamos decididos a encontrarlo. Equipados con piolets, tornillos de hielo y cuerdas, emprendemos el camino. No avanzamos ni medio kilómetro cuando nos detienen los agujeros en el hielo. Nos vemos forzados a saltar entre los pozos, de un borde filoso al próximo.

Intentamos una ruta alternativa, logramos un buen avance y marchamos sobre la capa de hielo por kilómetros. A pie no podemos encontrar el molino glaciar, pero hacemos una observación intrigante: en el viaje de ida, los agujeros que saltábamos eran círculos separados, pero, sólo medio día después, ha habido tanto derretimiento como para que los pozos estén conectados por arroyos.

@@x@@

Esa noche en el campamento descubrimos que Tedesco y Steiner confirman que el fondo del lago de agua de deshielo está moteado con crioconita.

La crioconita comienza como sedimentos transportados por el aire que el viento extiende sobre el hielo. Está compuesta por polvo mineral arrastrado de lugares tan lejanos como los desiertos de Asia central, por partículas de erupciones volcánicas y hollín. El hollín provienen de fuegos tanto naturales como provocados por el hombre, motores a diesel y plantas de energía alimentadas con carbón. El explorador del Ártico Nils A. E. Nordenskiöld descubrió y bautizó este cieno pardusco durante su visita a la capa de hielo de Groenlandia en 1870. Las actividades humanas han incrementado la cantidad de hollín en la crioconita desde los tiempos de Nordenskiöld, y el calentamiento global le ha dado una nueva importancia.

Carl Egede Bøggild, geofísico nativo de Groenlandia, ha pasado los últimos 28 años estudiando la capa de hielo. Recientemente, Bøggild se ha concentrado en la crioconita. «Aunque está compuesta con menos de 5?% de hollín ?explica?, es el hollín lo que provoca que se vuelva negra». La oscuridad disminuye el albedo, o reflexión, del hielo, incrementando la absorción de calor que, a su vez, incrementa el deshielo.

La nieve cae cada año sobre la capa de hielo junto con una cantidad nebulizada de criconita. Conforme la cubierta de nieve se endurece, el polvo queda atrapado. Cuando los veranos son particularmente cálidos, varias capas de hielo se derriten, lo que libera cantidades extra de crioconita atrapada, lo que crea una capa más concentrada y oscura de la sustancia en la superficie. «Lo que tenemos es un círculo vicioso en constante aceleración», explica Bøggild.

Aun durante nuestra pequeña expedición, parece que vemos ese efecto. En sólo una semana, el hielo derretido ha convertido nuestro campamento en un lodazal. En algún lugar a la distancia, el lago de agua de deshielo se drenó hacia el molino que buscábamos. Las cámaras de tomas a intervalos de Balog lo han capturado todo, dice que «registran el pulso del planeta».

Antes de irnos, Balog me convence de bajar a un molino cercano a nuestro campamento. Es tan grande como para tragarse un tren de carga. Aun así, no resisto bajar en rappel hacia el hocico de este abismo al que Balog llama «la bestia».

Desciendo 30 metros dentro del pozo; me rodean paredes de hielo azul y estoy empapado. Sobre mí, el cielo azul del Ártico está enmarcado por carámbanos grandes como edificios de tres pisos. Hacia abajo, perdiéndose en el abismo, ruge la catarata que dio origen a este pozo.

Los científicos han tirado en los molinos patos de hule amarillos, esferas con sensores y enormes cantidades de tinte con la esperanza de rastrear su trayectoria y descubrir en qué parte de la costa de Groenlandia es que se vacían los molinos. Algunas de las esferas y el tinte han sido detectados; todos los patos desaparecieron. Estoy tentado a descender a más profundidad, a investigar más, pero lo pienso dos veces. Después de 20 minutos colgado de mi cuerda asciendo de regreso.

Este reportaje corresponde a la edición de National Geographic de Junio 2010.


National Geographic

Contenido reciente

  • Ecología

La corriente oceánica del Atlántico está al borde del colapso, lo que podría desencadenar eventos climáticos extremos

La circulación del Atlántico se ha debilitado en las últimas décadas. El aumento de agua dulce por el deshielo del…

28 abril, 2024 12:00 pm
  • el-espacio

Por qué la Tierra se llama así

Te contamos por qué la Tierra se llama así y compartimos algunos datos sobre este planeta, el mundo de la…

28 abril, 2024 8:00 am
  • traveler

Así es Kanazawa: la antigua ciudad japonesa de samuráis que reúne historia y cultura

La ciudad de Kanazawa, cargada por la historia del Japón feudal, ahora es un sitio particularmente atractivo para el turismo…

27 abril, 2024 12:00 pm
  • el-espacio

Revelan que nuestro planeta tiene Luna gracias a la influencia de Júpiter en el Sistema Solar

Un estudio pone de manifiesto que Júpiter desestabilizó a los cuerpos del Sistema Solar interior, dando con ello oportunidad al…

27 abril, 2024 8:00 am
  • salud

Influenza aviar H5N1: Qué saber sobre el virus que sigue creciendo

La situación con la influenza aviar H5N1 sigue alertando a personas de todo el mundo. Te contamos lo que sabemos.…

26 abril, 2024 8:00 pm
  • el-mundo

Él es Tláloc, el dios mesoamericano de la lluvia y patrono de las aguas

Con afilados colmillos, redondos ojos y grandes orejeras, Tláloc es el dios de la lluvia en el panteón mesoamericano. Ésta…

26 abril, 2024 6:00 pm