Nadie está exento de creer vivir algo que ya ha vivido. Esta sensación es popularmente conocida como déjà vu y hace referencia a lo ya visto, eso que nuestro cerebro cree haber experimentado pero nunca ocurrió. No es un fenómeno aislado y es objeto de estudio en el mundo de la neurociencia.
También conocida como paramnesia de reconocimiento, se produce a partir de una variación en nuestro circuito cerebral en el hipocampo. Como resultado, se experimenta un lapsus al procesar estímulos externos.
En un estudio realizado por The Journal of Nervous and Mental Disease, el 76% de los participantes afirmaron haber experimentado un déjà vu. Este fenómeno sucede con mayor frecuencia en personas jóvenes de entre 15 y 25 años, encontrándose en su pico más alto del desarrollo cerebral.
Con el objetivo de estudiarlo de forma adecuada, el psicoterapeuta Arthur Funkhouser propone la presencia de tres categorías de experiencias del déjà vu.
Existen otros fenómenos relacionados como el Jamais vu y Déjà entendu. El primero refiere la sensación de lo jamás visto, donde las personas experimentan escenarios familiares como si fueran desconocidos. Por otro lado, el Déjà entendu o ya escuchado, implica la certeza de haber oído un sonido específico en ocasiones anteriores.
Hoy en día existen diversas teorías que pueden develar la razón de porqué los seres humanos somos propensos a estas experiencias.
La primera habla de una posible desincronización neuronal. El mensaje que recibe el receptor no sigue el proceso de transmitir la información de la zona de memoria de corto plazo a la de largo plazo, pasando directamente a la segunda parte del proceso. Esta situación confunde al cerebro, interpretando que la experiencia no es nueva.
Una segunda teoría es la de la memoria fragmentada, que propone la idea de que probablemente lo que se vive en el presente encaja con algo ya vivido. Puede hacer que algo completamente nuevo te parezca familiar.
También existe la propuesta del procesamiento paralelo. El cerebro, teniendo la capacidad de trabajar en dos tareas al mismo tiempo, podría retrasarse en el procesamiento de una de ellas. Cuando llega la información, se genera la impresión de haberla procesado con anterioridad.
Finalmente, la teoría de las conexiones neuronales postula que las interconexiones entre diversas redes cerebrales pueden experimentar cambios en su resistencia con el tiempo. Esto puede resultar en la activación de una red que no forma parte de la situación presente.
Este texto fue escrito por Ana Paola Martínez, periodista mexicana entusiasta hacia temas de índole social. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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