El equipo trabajó incansablemente durante semanas. Lentamente, las columnas, los corredores y los muros del palacio iban emergiendo de la tierra. El año era 1900 y el mundo estaba a punto de escuchar por primera vez en milenios de una antigua civilización perdida.
La cultura minoica se desarrolló en la isla mediterránea de Creta, aproximadamente entre los años 3,000 y 1,000 antes de nuestra era. Contemporánea del antiguo Egipto y los grandes estados mesopotámicos, se considera que esta civilización fue antecedente directo de la griega. Por este motivo se le ha llamado “la civilización más antigua de Europa”, aunque el dato no es preciso.
El pueblo minoico desarrolló una lengua, una escritura, una religión y un arte a partir de las aldeas que desde tiempos prehistóricos se establecieron en Creta. En la isla se cultivaba el trigo y el garbanzo y se criaban reses, cerdos y ovejas.
Se han encontrado distintas inscripciones pertenecientes a la cultura minoica, todas ellas en el sistema de escritura Lineal A, que hasta la fecha no ha sido descifrado. A esto se debe que importante información sobre los minoicos nos es desconocida. Es notoria la carencia de datos sobre su sistema de gobierno, la estructura de su religión y su contacto con otros pueblos.
Hacia el año 1,200 antes de nuestra era, su influencia era notoria en prácticamente todo el mediterráneo. Esto nos lleva a pensar que la cultura se dedicó ampliamente a la navegación, al comercio y posiblemente a la guerra.
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Uno de los sitios arqueológicos más relevantes de la civilización minoica es el llamado Palacio de Knossos. Este complejo arquitectónico, más que un palacio, parece haber sido un gran conjunto residencial dedicado, entre otras cosas, a la administración pública y la fabricación de objetos artísticos. De acuerdo con el mito griego, formulado siglos después de la desaparición de los minoicos, en el edificio habitó el rey Minos, cuyo hijo, el minotauro, una criatura con cuerpo humano y cabeza de toro, estaba preso en los laberintos del palacio. A esta referencia mitológica se debe el nombre minoico.
En el año 1900, el arqueólogo inglés Arthur Evans comenzó la exploración del Palacio de Knossos, donde se localizaron extraordinarias obras de arte. Algunos de los muros todavía preservaban algo de las decoraciones originales, realizadas al fresco sobre las paredes. Los murales muestran escenas marinas, agrícolas y deportivas.
Destaca un fresco en el que se observa a una joven que realiza acrobacias sobre la espalda de un toro. Imágenes como ésta, sumadas a efigies, estatuillas y vasijas en forma de toro que también se han encontrado en el sitio, pueden indicar un amplio culto a este animal, proveyendo una posible explicación al hecho de que los griegos asociaran al minotauro con la civilización minoica.
Este artículo es de la autoría de Rodrigo Ortega Acoltzi, quien investiga y escribe sobre arte e historia. Puedes leer más de su trabajo aquí.
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