Ni siquiera los mejores soldados de los ejércitos más temidos en la Antigüedad podían hacerle frente al Batallón Sagrado de Tebas. Como parte de la élite militar a cargo del general Pelopidas, los guerreros se caracterizaban por ser fornidos y estar adiestrados en las estrategias bélicas más elevadas. Todos ellos, además, eran homosexuales.
150 parejas de amantes gay enfrentaron algunas de las batallas más exitosas de la Antigüedad Clásica en Grecia. Específicamente durante el siglo IV a.C., eran ampliamente reconocidos por su ferocidad y valentía en el campo de batalla. Ésta es su historia.
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Los guerreros que se escogían para el Batallón Sagrado de Tebas no se perdían entre la multitud. Por el contrario, eran hombres que destacaban en el combate cuerpo a cuerpo, así como en el diseño estratégico para los planes de batalla. Originalmente, esta organización militar inició bajo el liderazgo de Gorgidas: un noble militar que, junto con su pareja, escogían personalmente a los integrantes de su ejército de élite.
El Batallón Sagrado de Tebas ganó popularidad, sin embargo, cuando el general Pelopidas encabezó al equipo, alrededor del año 324 a.C. La fórmula que propuso su antecesor se mantuvo: las parejas seleccionadas estarían compuestas de un joven y un hombre adulto:
«La Banda Sagrada constaba de 300 hombres cuidadosamente seleccionados, que fueron identificados como un erastês mayor o un erômenos pasivo más joven, que intercambiarían votos sagrados y adorarían en el santuario de Iolaus (que se dice que es uno de los amantes de Heracles) en Tebas,» documenta Heritage Daily.
Los mejores cronistas y más destacados historiadores de la Grecia Antigua documentaron las múltiples victorias de esta élite militar. Plutarco los describió en Vidas paralelas como un equipo al que «la ciudad [Tebas] proveyó el ejercicio y mantenimiento», ya que eran un motivo de orgullo entre los tebanos.
No cualquiera podía formar parte de este ejército de élite. Por el contrario, era un cargo honorífico, que implicaba la protección de la sociedad tebana —y la representación de sus más altos valores. Más que nada, por ser «figuras legendarias que ejemplifican la valentía y la fuerza militar«, documenta World History Encyclopedia.
Por la calidad de sus formaciones y la fuerza de sus estrategias militares, no existen registros de que hayan perdido un solo encuentro bélico. Con todo lo anterior, no sólo eran respetados al interior de Tebas, sino temidos por otras civilizaciones antiguas. Por ello, hay historiadores contemporáneos que piensan que el Batallón Sagrado de Tebas pudo ser sólo un mito.
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