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La presión al interior de la Fosa de las Marianas es insostenible para un ser humano. De hecho, prácticamente para cualquier ser vivo. Sólo los organismos extremófilos, que abundan en entornos altamente hostiles, se han documentando en las profundidades del punto más profundo que existe en los mares.
La presión que ejerce el agua es tal, que ni siquiera los submarinos mejor equipados han sido capaces de explorar sus profundidades. Sin embargo, esto no ha detenido a ciertas personas de intentarlo. El último experimento exitoso sucedió en 2019, cuando un equipo de investigadores en Estados Unidos se propuso averiguar qué habría al interior de este espacio. Esto fue lo que encontraron.
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Los investigadores sabían que, si algo salía mal, el dispositivo de metal que mandarían a explorar la Fosa de las Marianas sencillamente implotaría. Aún así, decidieron mandar una cabina tripulada para ver qué encontrarían hasta el fondo del mundo. Ubicado en el Océano Pacífico occidental, a sólo 200 kilómetros de las Islas Marianas, es la depresión geográfica más pronunciada de la que se tiene registro.
Sólo a partir de imágenes de satélite y expediciones no-tripuladas se sabía que tiene forma de media luna, y se extiende a lo largo de 2 mil 250 kilómetros, por casi 70 de ancho.
El punto más bajo de la Fosa de las Marianas se conoce como Abismo de Challenger que, en el extremo sur de un pequeño valle, alcanza los 10 mil 994 metros de profundidad. Otras mediciones, como la de BBC, aseguran que alcanza los 11 kilómetros. Visto de otra manera, la montaña más alta del mundo —que es el Monte Everest— es de un poco más de 8 mil metros de alto.
Los científicos querían descender hasta allá, sin importar los riesgos que implicara incluso sobre sus propias vidas. Y lo lograron.
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A lo largo de la historia, pocas personas han tenido el equipamiento y la preparación física para descender hasta el punto más bajo de la Tierra. Science Alert documenta que, en 1960, un equipo de investigadores consiguió por primera vez descender hasta el fondo de la Fosa de las Marianas.
En 2012, el director estadounidense James Cameron también logró descender. Sin embargo, no fue hasta 2019 que un equipo de investigación serio consiguió explorar el fondo. Todo quedó registrado en vivo, con la cámara que el dispositivo de exploración tenía instalada.
Ahí, encontraron anguilas, organismos parecidos a las esponjas marinas, peces transparentes, rocas y arena. Lo que más sorprendió a los investigadores fue que, incluso en las profundidades más recónditas del planeta, encontraran enterrada una bolsa de plástico.
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