Las joyas de la élite vikinga

Con perfecta simetría y líneas curvas, el único broche penannular (celta) del tesoro fue creado en Escocia o Irlanda para un hombre o una mujer de alta condición social.

Cuatro rostros decoran un broche de plata enterrado en el tesoro de Galloway hace unos 1,100 años. Sepultados con mucho cuidado, los bienes nunca fueron recuperados por su propietario vikingo.

Aplanado parcialmente, un jefe vikingo pudo haber utilizado este brazalete para recompensar a sus seguidores leales.

Envuelto en tela o cuero y empaquetado con otros valores en una vasija decorada, este broche anglosajón fue obviamente atesorado por su propietario vikingo, quien ?tuvo cuidados extremos con él?, dice la arqueóloga Olwyn Owen.

Confeccionado en oro, este artefacto con forma de ave pudo ser un fistol decorativo o un señalador de manuscritos, diseñado para evitar que los dedos sucios tocaran las líneas de un libro medieval.

Rodeados de zarcillos arremolinados, dos seres míticos embellecen uno de los nueve broches de plata enterrados en el tesoro de Galloway. ?Mi corazón se agita al verlos?, dice la arqueóloga Olwyn Owen.

Envuelta en una delicada cadena de plata, esta cruz cristiana esmaltada fue diseñada para usarse como pendiente.

Tesoros del mundo vikingo, los brazaletes seguramente revelarán más detalles en los próximos años. Por ejemplo, aún no se ha estudiado la inscripción rúnica del brazalete superior.

Serpientes enlazadas crean un diseño intrincado en un broche de plata circular que forma parte del tesoro.

Un tirante de plata con bisagras pudo haber rodeado un objeto rectangular muy preciado, posiblemente un libro.