En los bonobos, el instinto maternal no se limita a una relación consanguínea. La necesidad de proteger crías se extiende, incluso, a bebés que no pertenecen a la misma camada ni a la familia, particularmente de ejemplares femeninos adultos hacia los más pequeños. A diferencia de otros primates, esta especie comparte con los seres humanos la capacidad de ser madres adoptivas.
Es común entre los grandes simios que, si alguien ajeno se intenta integrar a la dinámica del grupo, el visitante sea excluido, cuando no agredido o asesinado. Este comportamiento es común entre los gorilas, por ejemplo, que tienden a matar a las crías de su misma especie que no guarden una relación familiar con la manada.
El caso de los bonobos es diametralmente distinto. Recientemente, un equipo de investigadores detectó que ciertas bonobos adultas no sólo amamantaban, sino que se encargaban de criar a bebés que no eran suyos. Si bien es cierto que daban prioridad a sus propios hijos, daban una atención especial a las crías adoptadas.
Este comportamiento se observó en la Reserva Científica Luo, en la República Democrática del Congo, donde existen varios huérfanos. En lugar de excluirlos, las madres de la comunidad los integraron como si fueran parte de la familia, de acuerdo con un artículo publicado en Scientific Reports.
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Las bonobos observadas se veían agotadas, de acuerdo con Nahoko Tokuyama, primatóloga de la Universidad de Kyoto en Japón. “Parecía estar muy cansada pero era una gran madre”, señala la experta, refiriéndose a una de ellas. Esta conducta no sólo se registró en ejemplares en edad reproductiva, sino en madres adoptivas de más edad.
Una de ellas, incluso, se estima que tuviera más de 50 años de vida. Aunque no podía amamantar a su hijo adoptivo, se encargaba de bañarlo y de garantizar que tuviera el alimento suficiente. Esto demostró a los investigadores que los bonobos son simios notablemente más tolerantes que otras especies, y son capaces de “compartir comida, sexo y todo lo demás con los visitantes de una manera realmente gratuita”, se detalla en el texto.
Tokuyama se mostró impresionada por la empatía, tolerancia y tendencia hacia el comportamiento que beneficia a los demás de los bonobos en la reserva congoleña. Este comportamiento da luz sobre las relaciones afectivas de los animales no-humanos. Ser madres adoptivas, entre las hembras de bonobo, podría ser la prueba más clara de este fenómeno.
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