Científicos descubren una conducta nunca vista en la naturaleza.
Las gaviotas han desarrollado una estrategia de caza jamás vista en el mundo animal: picotean los ojos de las crías vivas de lobos marinos, informa un nuevo estudio.
Desde hace 15 años, científicos del Parque Nacional Dorob, en la costa de Namibia han registrado cerca de 500 casos de gaviotas cocineras (o dominicanas; Larus dominicanus) que atacan e intentan devorar los ojos de crías recién nacidas de lobos marinos del Cabo (Arctocephalus pusillus pusillus).
Como los animales cegados no reciben ayuda de otros leones marinos y sucumben fácilmente a nuevos ataques, las aves han descubierto que arrancarles los ojos es un método particularmente eficaz para obtener alimento.
Esa conducta es una novedad para la ciencia, si bien muy grotesca, comenta Austin Gallagher, autor principal del estudio e investigador posdoctoral de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá.
?No es una conducta agradable de observar, pues los pequeñas crías son presa del pánico y hacen un ruido terrible?, agrega Gallagher, cuyo estudio fue publicado en la edición de agosto 14 de African Journal of Marine Science.
?Una muerte cruel?
La vida de las crías de leones marinos del Cabo es, de por sí, bastante difícil.
Para empezar, los bebés no pueden nadar y subsisten de la leche materna, informa Michelle Jewell, ecologista conductual del Real Instituto Holandés para la Investigación Marina, quien no participó en la nueva investigación.
A fin de proporcionar la leche, la madre debe salir a cazar ocasionalmente, abandonando a las crías en la colonia durante varios días. Es entonces cuando los bebés desprotegidos son víctimas de depredadores terrestres, como hienas y leones; y ahora, las gaviotas.
En el estudio, las gaviotas cocineras tuvieron éxito en casi 50 por ciento de los ataques observados.
Lee: La madre conejo contra la serpiente
?Un león marino ciego no puede buscar alimento ni encontrar a su madre, y será atacado por otras gaviotas?, señala Gallagher.
Los científicos observaron que, muchas veces, una gaviota arrancaba los ojos y luego, otra se unía al ataque y comenzaba a picotear y devorar las áreas expuestas del bebé, como su vientre y los genitales.
?Es una muerte cruel?, sentencia Gallagher. Pero desde la perspectiva de la gaviota, es ?una estrategia de ataque hermosa?.
Blancos fáciles
Pero, ¿por qué las gaviotas han empezado a arrancar los ojos?
Gallagher opina que es consecuencia del aumento de las poblaciones de leones marinos del Cabo: en esencia, las aves están aprovechando la nueva abundancia de alimento.
Durante los meses de invierno, en las costas de Namibia se aglomeran entre 20,000 y 80,000 pinnípedos para aparearse y criar sus retoños. Según el estudio, ese drástico incremento poblacional ?respecto de unos cuantos cientos de leones marinos, en 1998- se debe al ciclo natural de crecimiento y mengua de la especie.
Y por su parte, las gaviotas aprenden rápido.
?Cuando una gaviota descubre que puede conseguir un bocado fácil, como los ojos de un león marino, las que están observándola aprenden rápidamente esa conducta de alimentación?, explica Jewell.
Sin mencionar que ?los ojos son blancos suaves, y una buena fuente de líquido y proteína?, agrega Craig Harms, experto en medicina veterinaria de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien tampoco participó en la nueva investigación.
Miembro del Programa de Respuesta para Salud y Encallamiento de Mamíferos Marinos de Estados Unidos, Harms ha sido testigo del daño que pueden ocasionar las gaviotas.
?Cuando encallan marsopas de la bahía, suelen picotear y arrancar la grasa de sus mandíbulas; estén vivas o muertas?, informa Harms.
Y si bien la conducta de devorar los ojos es novedad, Harms apunta a otra investigación que demuestra que, cuando las crías de ballenas francas australes emergen para respirar, las gaviotas picotean la grasa de sus lomos.
?Así que no me sorprende que hayan encontrado otra fuente de alimento fresco que tampoco es capaz de defenderse?, concluye.