Federico García Lorca no se equivocó al escribir que en la Gran Manzana «No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie». Durante su estancia en la ciudad, percibió en el tumulto una incapacidad de descanso. Quizás sea este mismo ritmo desenfrenado del capitalismo el que haya propulsado un fenómeno inevitable: Nueva York se hunde cada vez más, a causa del peso de los rascacielos y la sobrepoblación.
Sin embargo, la expansión urbana desmedida no es la única responsable del hundimiento de la metrópolis al norte de Estados Unidos. Parece ser que el fenómeno tiene sus raíces en un pasado remoto, hace 10 mil años, después del final de la última edad de hielo. Ésta es la razón.
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El fenómeno se detectó recientemente. A los científicos les preocupa que, como Nueva York se hunde cada vez más, esto incidirá directamente en cómo la ciudad se inunda. Especialmente en las áreas más expuestas al mar, ya que se espera que los niveles aumenten a lo largo de la costa atlántica de América del Norte a causa de la crisis climática global.
Específicamente en esta región, se espera que el mar avance sobre el continente de tres a cuatro veces más rápido que el promedio mundial, señalaron los investigadores:
«El aumento del nivel del mar eventualmente planteará desafíos de inundación en Nueva York y en todo el mundo», explica a Live Science el autor principal del estudio, Tom Parsons, geofísico del Servicio Geológico de EE. UU.
Sobre cuánto se está hundiendo la ciudad, los autores del estudio señalan que Nueva York se hunde 2.1 milímetros al año. Hay dos explicaciones para esto. La primera es natural, y se refiere a los ciclos geológicos de nuestro planeta. Durante las partes más frías de la Edad de Hielo, el suelo debajo de las capas más densas de hielo se hundieron:
«Después de que estas capas de hielo se derritieran», documenta Live Science, «las áreas que habían sido empujadas hacia arriba ahora se están hundiendo, lo que según investigaciones anteriores puede resultar en un hundimiento de hasta 48 a 150 centímetros a lo largo de la costa este para 2100».
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Este proceso natural se está viendo propulsado por la segunda causa del hundimiento de Nueva York: el sobrepeso de los edificios y de la cantidad de gente que ahí vive. De acuerdo con el sitio oficial del gobierno local, más de 8 millones 400 mil personas habitan la ciudad hoy en día.
Los hallazgos se publicaron en Earth’s Future, donde los autores no dejan de ver la raíz antropocéntrica de este problema:
«Aquí calculamos una contribución no cuantificada previamente al hundimiento de la masa acumulada y la presión hacia abajo ejercida por el entorno construido de la ciudad», escriben en el estudio.
Nueva York no es la única metrópolis que se enfrenta a este problema. Por la calidad del piso, la Ciudad de México también se está hundiendo cada vez más. Quizás ésta. es la condena a la que se enfrenta el Homo sapiens post-atómico: ver cómo todo lo que ha construido en sus centros de poder, lentamente, vuelve a la Tierra.
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