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Cada 75 años, el cometa Halley se acerca lo suficiente a los planetas interiores del Sistema Solar como para ser observado a simple vista desde la Tierra. Cuando se aproxima al Sol, Halley y el resto de los cometas desarrollan una coma (una nube de polvo y gas que rodea al núcleo) y una enorme cola, que se puede extender a través de millones de kilómetros. De ahí nace la lluvia de Oriónidas este 2022.
De ahí que cada mediados de octubre, año con año, cuando la órbita terrestre coincide con los restos de partículas de hielo, rocas y polvo del último paso de Halley, las Oriónidas aparecen en la bóveda celeste como bólidos de fuego azules y verdosos que cruzan el cielo nocturno y desaparecen en un par de segundos.
El pico de actividad máxima de las Oriónidas llegará en las noches y madrugadas del 20, 21 y 22 de octubre de 2022. En condiciones ideales, será posible observar hasta 20 meteoros por hora sin necesidad de utilizar ningún instrumento óptico como telescopios o binoculares. A pesar de que la Luna llena acompañará a los meteoros en la bóveda celeste, mirar del lado opuesto ayudará a mejorar la experiencia.
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Todas las lluvias de estrellas reciben el nombre de su radiante. Es decir, la región de la bóveda celeste de la que parecen surgir la mayoría de meteoros. De ahí que las Oriónidas se relacionen con la constelación de Orión, una de las más populares en el hemisferio norte.
Y aunque Orión es fácilmente identificable por su cinturón formado por las estrellas Alnilam, Alnitak y Mintaka en línea recta, el brillo de Betelgeuse (una supergigante roja 1,500 veces más grande que nuestro Sol) y la nebulosa (M42) en los cielos más despejados, no hace falta mirarla directamente para disfrutar de las Oriónidas:
Basta con encontrar un cielo oscuro y tomar una posición cómoda que permita el campo de visión más amplio posible. Como cualquier lluvia de estrellas, cazar Oriónidas requiere paciencia y evitar cualquier fuente de luz, incluyendo la emitida por dispositivos móviles.
Después de pasar algunos minutos mirando en la oscuridad, los meteoros comenzarán a distinguirse entre el resto de las estrellas. Y aunque se calcula que la actividad máxima alcanzará unos 20 meteoros por hora, se trata de una lluvia de estrellas impredecible, que puede dar lugar a periodos breves de mayor actividad con meteoros brillantes.
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