Como otros animales en la selva costarricense, Pardo, el ocelote, sufrió un accidente automovilístico. Así respondió la comunidad local para ayudarlo.
En las carreteras de Costa Rica, los animales transitan al igual que los automóviles. Completamente desprotegidos en la infraestructura pública que invade su territorio, especialmente donde la vía principal de Nicaragua con Panamá converge con un corredor biológico importante, se convierten en víctimas del avance urbano sobre las áreas naturales protegidas. Fue ahí donde Pardo, el ocelote, recibió un accidente severo.
En abril del 2022, se recibió una llamada de emergencia en la clínica veterinaria de vida salvaje, Alturas Wildlife Sanctuary, en donde un ocelote (Leopardus pardalis) había sido gravemente herido por un vehículo, abandonado a la mitad de la carretera. El equipo siguió los protocolos de rescate para recibirlo: lo nombraron “Pardo”, y prepararon al ocelote para su rehabilitación, pues tenía un traumatismo encefálico grave.

El centro de rescate cuenta con un recinto especial, totalmente aislado en la jungla, apartado de los humanos para no establecer conexiones anormales. El ocelote juvenil ingresó con una temprana edad de seis meses; huérfano y lastimado, varias pruebas se tuvieron que acatar para determinar la salud y conductas correspondientes naturales de un depredador para decretar su liberación en la naturaleza.
Es por eso que tuvo que estar bajo supervisión alrededor de casi un año. Se ha hecho un esfuerzo en equipo en completa unión: desde la veterinaria con las pruebas médicas, el cuidador de animales con los protocolos de comportamiento, hasta la supervisora con la coordinación de todo el programa.
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Cerca de 2 mil animales rescatados

A pesar de que se han logrado rescatar casi 2 mil animales desde su apertura en 2014, el porcentaje que ha podido ser monitoreado ha sido mínimo, pues el equipo de seguimiento y herramientas de rastreo son altamente costosas. Al ser una organización no gubernamental, los fondos no están garantizados y el centro depende altamente de donaciones para continuar con las investigaciones para proyectos de largos periodos de tiempo.
Cristina Azzopardi es especialista en ciencias ambientales y conservación de la biodiversidad. Como encargada de manejar las operaciones en Alturas Wildlife Sanctuary, enfatiza la urgencia de monitorear especies afectadas por conflictos humanos:
“En primera instancia, nos brinda nuevas perspectivas sobre su comportamiento: qué están haciendo, en dónde se están moviendo, qué están evitando… Podemos proteger su ambiente eficazmente, atacar legislaciones e intentar mejorar ciertos aspectos”, explica la especialista en una entrevista exclusiva para National Geographic en Español.

Los animales amenazados que ingresan a las instalaciones de Alturas Wildlife Sanctuary, al sur de Costa Rica, generalmente llegan malheridos. Específicamente en el área turística de Bahía Ballena, las principales causas son:
- Atropellos (37 %)
- Electrocuciones (8 %)
- Animales huérfanos (12 %)
- Ataques por animales domésticos (11 %)
- Confiscaciones (17 %)
- Otros (15 %)
Al establecer una vista panorámica de evaluación con todos los diferentes escenarios, es fundamental determinar los puntos críticos y causas en donde se encuentra el mayor número de animales heridos.
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‘Pardo’, el ocelote: símbolo de rehabilitación y esperanza para los felinos silvestres
Para poder asegurar la seguridad y plenitud de Pedro Pardo se necesitó de la ayuda de diferentes organizaciones. Una de ellas siendo Osa Conservation, la cual enfoca sus proyectos en investigaciones y conservación de especies en peligro de extinción como la protección de nidos de tortugas marinas, monitoreo de buitres rey y tapires.
Ambas organizaciones juntaron sus conocimientos y experiencias para alcanzar resultados más profundos, amplios y eficientes, así como indagar en el área más apropiada y segura para su liberación. Estos felinos necesitan extensiones de tierra desde 2 hasta 43 kilómetros cuadrados, lejos de la civilización y carreteras para evitar conflictos con seres humanos.

Al ser la primera vez que se rastrea un felino salvaje rehabilitado, antes al ras de la muerte, Pedro Pardo significa un mundo de oportunidades para futuras investigaciones sobre su comportamiento, rangos de distribución y el descubrimiento de su rol único en el ecosistema selvático. A partir de su rastreo, se recolectó información a través del collar GPS, conectado con un programa de localización para procesar información esencial.
“El monitoreo del ocelote es un caso piloto, pues es la primera vez que monitoreamos un animal con GPS. Al tener todo registrado, podremos comunicar esa información con otras organizaciones para que puedan tener las herramientas para seguir con estos protocolos. Al final, todos tenemos el mismo propósito: proteger la vida silvestre,” explica la especialista en una entrevista exclusiva para National Geographic en Español.
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4 claves para restablecer a las especies amenazadas

De acuerdo con el reporte de naturaleza «Planeta Vivo» hecho por WWF en 2022, ha habido un declive del 69 % en las poblaciones de las especies – mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios – en las tendencias de animales monitoreados desde 1970. Se necesitan distintos tipos de esfuerzos de conservación para frenar la pérdida continua de la biodiversidad. En el mismo estudio, los investigadores hacen énfasis en observarlos con diferentes tecnologías (seguimientos de radio, cámaras trampa, collares GPS) para idear soluciones a los problemas complejos con los cuales se encuentran.
No todas las liberaciones de animales son historias de éxito, hasta que se obtengan resultados de su supervivencia, aunque hayan recibido el tratamiento médico y rehabilitación necesaria. A partir de la información recolectada con estas técnicas de rastreo, el equipo de científicos de Osa Conservation ha conseguido contabilizar con más precisión los indicadores del éxito sobre la supervivencia y distintas perspectivas sobre la incorporación de regreso en la naturaleza, dependiendo de la especie.

Generalmente, el éxito se mide con los siguientes parámetros:
- Alimentación
- Reintegración a su manada o grupo, siendo un animal social
- Reproducción en la naturaleza
- Cuidado de las crías hasta que alcancen la etapa adulta
Desde un punto de vista rehabilitativo, es necesaria la afirmación de progresos o posibles complicaciones para concluir que los esfuerzos han valido la pena. De esta manera, se pueden complementar y adaptar los protocolos de rehabilitación y futuras liberaciones para seguir conservando distintas especies.
“La clave está en el compromiso comunitario y la educación. Las personas se intrigan y se involucran con el aprendizaje de la importancia de la conservación; sobre todo porque se pueden prevenir estas situaciones desafortunadas desde un inicio”, concluye Azzopardi.
Alessandra de Zaldo es una fotógrafa mexicana que radica en Budapest. Estudió en la Escuela Activa de Fotografía. Fue interna en Alturas Wildlife Sanctuary durante más de un año, y ahí confirmó su pasión por la conservación de especies amenazadas. Ahora es colaboradora asidua de National Geographic en Español.
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