La infraestructura digital puede ser la herramienta más poderosa en la lucha contra la epidemia mundial de la desnutrición.
En un reciente viaje a Tanzania, me encontré con un grupo de mujeres que cultivaban verduras para ganarse la vida, cerca del pueblo de Mlandizi, en la costa este del país. Mientras me platicaban sobre sus transacciones, el inesperado timbre de un teléfono celular nos interrumpió.
En un pueblo donde la mayoría de las personas viven por debajo del umbral de pobreza, las 11 mujeres llegaron ataviadas en coloridas kangas para verificar sus teléfonos. La persona que llamó estaba dando una actualización de los precios de las semillas ?una información vital en un país donde las semillas son, a menudo, difíciles de conseguir.
Olvidémonos de los satélites, los aviones no tripulados y otras innovaciones de alta tecnología. Para los pequeños agricultores de todo el mundo, un simple teléfono celular se ha convertido en una de las herramientas más poderosas para impulsar la cosecha propia y, junto con ella, el suministro de alimentos para su comunidad, familia y amigos.
Los agricultores, como las mujeres que conocí, están utilizando la tecnología celular para compartir información crucial sobre el clima, las precipitaciones y la demanda del mercado, además de los precios de las semillas, lo que empodera a millones de ellos para cultivar más alimentos justo cuando el mundo más lo necesita.
A finales de este siglo, habrá más de nueve mil millones de personas en el planeta. Alimentar esas bocas requerirá que los agricultores cosechen en los próximos 75 años más alimentos que los que aún no se han producido en toda la historia humana. (Lee: Tecnología en favor de los bosques)
Agricultores hambrientos
La cruel ironía, sin embargo, es que hoy el hambre afecta de manera desproporcionada a los pequeños agricultores. De hecho, aproximadamente la mitad de los 805 millones de personas que padecen hambre crónica en el mundo son pequeños productores del campo, como las mujeres que conocí en Tanzania. Sin acceso a recursos adecuados y capacitación, millones de productores de alimentos son incapaces de transformar la agricultura de subsistencia del pasado, incluso son incapaces de llevar a la mesa comida para ellos y sus familias. A menudo, sus cosechas se malograrán, como consecuencia de la sequía, las enfermedades, las plagas o la contaminación postcosecha.
La tecnología SMS, o ?servicio de mensajes cortos? ?esa capacidad inalámbrica que permite enviar mensajes de texto en dos vías a través de los teléfonos celulares? es una de las mejores maneras en que los agricultores podrían enfrentar estos problemas. Esto es especialmente cierto en los países de bajos ingresos, donde es más fácil encontrar teléfonos móviles que infraestructura tradicional, como caminos pavimentados y electricidad fiable.
La plataforma móvil iCow, por ejemplo, envía a los agricultores mensajes de texto con consejos sobre diagnóstico de plagas, prevención de infecciones en el ganado y selección de ciertos tipos de hierba para alimentar a las vacas.
Este tipo de información puede ser crucial durante la época de lluvias, el período de marzo a mayo en que los agricultores de Tanzania empiezan a plantar la cosecha del próximo año. (Lee: Café y bienestar para las aves)
Otra información que se comparte a través de la telefonía celular, que incluye previsiones meteorológicas, precios de fertilizantes y las semillas más resistentes, podría significar la diferencia entre una buena y una débil cosecha, después de la cual el número de comidas diarias disminuye a uno.
No es la panacea
La tecnología por sí sola no va a liberar al mundo del hambre. Después de todo, la tecnología SMS es inútil para millones de agricultores que son analfabetas. La desigualdad de género y la tradición cultural, por su parte, mantienen la tecnología como los teléfonos celulares fuera del alcance de millones de mujeres agricultoras en todo el mundo, a pesar de que ellas representan aproximadamente el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo.
Además, la cobertura de la telefonía celular no puede compensar el problema de los caminos inadecuados, que impide a los agricultores entregar sus cultivos excedentes al mercado.
Y los avances científicos en nutrición y agricultura siguen siendo las herramientas más eficaces para cultivar más alimentos. Aun así, la tecnología SMS ofrece una solución única para comunicar estos avances a los agricultores de subsistencia, sobre todo porque las comunidades que se beneficiarían más a menudo son las más remotas.
Organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos de Estados Unidos y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU necesitan el apoyo de los gobiernos, y que el sector privado invierta en más investigación y programas más inteligentes capaces de contribuir al éxito de los pequeños agricultores.
Más de la mitad de las tierras agrícolas cultivables del planeta que aún no se utilizan se encuentran en África, donde millones de pequeños agricultores carecen de acceso a la infraestructura básica y la información. Al empoderar con información y tecnología de telefonía celular a los pequeños agricultores, como las mujeres que conocí en Tanzania, podemos hacer que millones de familias superen la pobreza y el hambre.
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