Algunos ya no pueden prescindir de las barras de chocolate y las gomitas con una porción de THC.
P{margin-bottom:.08in}
Menta-pistache, crujiente de fresas, galletas y crema: A primera vista, los coloridos envoltorios apenas hacen sospechar que el fabricante puso en estas tabletas de chocolate una porción de THC o tetrahidrocannabinol.
Cada una esconde 100 miligramos del principal componente psicoactivo del cannabis que, si se consume sin aviso previo, puede provocar un auténtico éxtasis pasadas unas dos horas, aproximadamente.
Muchos ya no pueden prescindir de estos comestibles y no sólo en estados como Colorado u Oregón, donde el consumo de marihuna es legal. Los conocidos como "edibles", que una vez fueron productos secundarios en un mercado centrado sobre todo en la marihuana fumada, se han convertido en un éxito de ventas.
Video: Marihuana como la única opción
Además de brownies, galletas y golosinas como gominolas o caramelos, los productores estadounidenses han creado también sabrosos snacks con THC, como galletas saladas con sabor a ajo o romero con queso cheddar. Incluso la comida para perros al cannabis se ha hecho un hueco en el mercado. Eso sí, estos productos no contienen THC, por lo que los cuadrúpedos no experimentan sus efectos.
Según el centro de análisis Arcview Market Research, las ventas de 5,400 millones de dólares en productos legales de marihuana obtenidas en el mercado estadounidense el año pasado podrían alcanzar 22,800 millones de dólares en el 2020.
La mitad de esos ingresos salieron de comestibles y otros productos enriquecidos con THC, calcula la agencia de noticias Bloomberg.
"Los productos no fumables conforman un sector (de negocio) en sí mismo", señala Adam Bierman, director ejecutivo de la asesora de empresas californiana y sociedad inversora Medmen.
"En diez años las tiendas tendrán un par de porros en una esquina y el resto serán todos productos no fumables", pronostica.
Sin inversionistas interesados
Bierman, conocedor del sector y que pronosticaba un fuerte negocio con la marihuana, se queja de la falta de fuentes de financiación, según dijo durante el Cannabis World Congress, la feria del cannabis de Nueva York.
"Sigue siendo muy difícil encontrar inversores", confirma Bob Eschino, fundador de Incredibles, uno de los mayores ofertores de productos de cannabis comestibles en Colorado.
La marihuana, que a nivel nacional (en EUA), sigue siendo ilegal, ahuyenta a los bancos y cierra de esa manera el acceso a los créditos a los empresarios. "Todo nuestro negocio viene de nuestros propios bolsillos", señala Eschino. Además, los inversores buscan réditos rápidos y siguen considerando el negocio "verde" demasiado arriesgado.
Pero después de que Colorado, Oregon, Washington y Alaska iniciaran el camino de la legalización, otros estados podrían seguirlos y atraer más inversiones.
Lee: El Cannabis me ha cambiado la vida
Eschino, que vende cada tableta de chocolate por unos 23 dólares tiene la vista puesta en estados como Arizona y Massachusetts, pero también en otros países como Canadá y Jamaica.
Las distintas normativas para los envases, la publicidad y los test que deben pasar los productos dificultan su salida al mercado. "Nuestro objetivo es ser una empresa nacional", insiste sin embargo Eschino.
Hasta entonces, los "prohibicionistas", como les gusta llamarse a los contrarios a la legalización en referencia a la prohibición del alcohol en Estados Unidos entre 1920 y 1933, tendrán tiempo de defender su causa contra viento y marea.
Pero la marihuana, criticada con frecuencia como una droga de iniciación, está colando ya poco a poco en Estados Unidos hasta convertirse en una tendencia consolidada.
Incluso parece haber llegado a muchas cocinas estadounidenses: Libros de cocina especiales ofrecen recetas para preparar sandwich de cannabis con cangrejo, cúrcuma y salsa de ajo o lasaña vegetariana con aceite de cannabis.